miércoles, 10 de agosto de 2011

"¡¿Lo qué?!"


¿Sabés que me tiene completamente hinchada las pelotas? La gente que se dedica a la docencia y no tiene ni un pelo de vocación.
Todo empezó en el secundario: me acuerdo que tenía un profesor que enseñaba algo así como semiología (como debe haber sido para que ni me acuerde que materia era), hablaba a dos por hora y no hilaba ni un pensamiento. También tenía una profesora de matemáticas que escribía “bateria” en lugar de “baCteria” (esta imbécil, además, era directora del colegio). Y ni hablar de los profesores/as de gimnasia que me hacían correr cuarenta mil vueltas al campo, hacer ciento veinte abdominales mientras ellos se fumaban un pucho, y después me hacían estudiar de memoria el reglamento de algún juego que nunca jamás en mi puta vida volví a jugar.
Así y todo terminé el secundario arañando (no por pelotuda, sino por falta de motivación), para encontrarme con que la facultad era exactamente la misma garcha.
Nuevamente vuelvo a aclararles que hablo desde la experiencia; no creo que en este país exista una persona con mas experiencia que yo en instituciones educativas.
Primero me encontré con el ISER, que tan solo para entrar y poder estudiar locución, tenés que hacer un curso (en el cual te cruzás con tres viejos forros que te dicen constantemente que hacés todo mal), después rendir, a falta de uno, tres exámenes, durante los cuales tenés a dos personas del otro lado mirándote y que, sentaditos desde su lugar, te dicen si sos apta o no para estudiar (sólo estudiar) locución.
Después de este maldito calvario me anoté en la UBA, en Comunicación Social. Bueno, ni hablar, ni siquiera pisé la carrera porque antes tuve que hacer 6 materias del orto que no tenían absolutamente nada que ver con la carrera, salvo Semiología, una materia bosta e inentendible que odié con toda mi alma.
Acá hay de todo, tenés a la loca hippie, al viejo cornudo, al pendejo copado que está re bueno y al pendejo que sabe más que tu abuela, pero no sabe explicar.
Totalmente desilusionada dejé de estudiar en facultades por un año y me dediqué a la música. Empecé canto con una profesora, que, aunque era mas buena que Lassie, nunca me podía decir que hacía mal, y cuando le pedí que por favor me dijera algo, me estuvo repitiendo durante tres meses la misma pelotudez “no te achiques, si llegás a la nota” ¡YA LO SE, YA LO SE, YA LO SE! ¿pero no te das cuenta que tengo un problema? busquemos una solución, pero no me repitas veinte veces lo mismo, porque obviamente no funciona.
Después de un año me cansé y decidí estudiar en algún conservatorio. Esto fue lo peor: me encontré con un profesor que lo único que hizo fue hacerme quedar en ridículo y reirse de mí enfrente de todos, porque claro, yo era cantante y “las cantantes son todas histéricas” y además nunca había tocado ningún instrumento ni había estudiado partituras. ¡Pelado hijo de puta, se supone que te pago para que me enseñes vos todo eso! Así y todo me quedé hasta rendir el primer exámen, me estudié todo, me saque un ocho. Después de unos meses me enteré que cuando tomó lista y se dio cuenta que yo había dejado de cursar, puso cara de tristeza y dijo “que lástima… le estaba yendo muy bien”. ¿Por qué sorongo no me lo dijiste antes en vez de anularme en todas las clases y hacer que pierda la confianza? ¡Sorete! ¡Hombre! ¡Pelotudo!
En la mitad de todo esto intenté hacer un curso de azafata… nada que contar, salvo que me retiré indignada después que un profesor me dijo que mis cejas eran un desastre, que mi pelo era un horror y que tenía que gastarme una fortuna en maquillaje… y cuando me fui, les dijo a todos que yo tenía la cara perfecta para el trabajo. Bueno… sos un imbécil…
Nuevamente pasé un año sin hacer nada hasta que decidí volver a intentar con los medios de comunicación. Otra vez llegue a la conclusión que la mitad de la gente que enseña en este país no tiene ganas de explicar ni como tirarse un pedo.
¡Hijos de puta! Estoy harta de escuchar la palabra filtro: “esa materia es filtro”, “el CBC es filtro” ¡¿LOCO, POR QUÉ NO TE FILTRÁS ES ORTO Y ME DEJÁS A MI EN PAZ?!
Todo el sistema educativo está diseñado para sacarte las ganas de estudiar. Si sos creativo, inteligente, defensor de tus ideas, si decís no entiendo, si preguntás por qué, por todo te mandan al muere, “te filtran”. Así sea la educación pública o privada, es lo mismo, al final parece que sos un problema más que una solución.
Y te digo más, la concha me arrastra de bancarme que me traten de imbécil, ¡porque no lo soy! Y tampoco soy una inútil mantenida por mis viejos que me bancan la carrera, ¡NO! Pedazos de forros, trabajo todo el día, vivo y me mantengo sola y además me garpo la fucking carrera por mis propios medios.
Y no es que me rindo a la primera de cambio, ni que me falta constancia, lo que me falta son ganas de que me basureen, y que alguien que no sabe ni quien soy, me diga que puedo o que no puedo hacer, simplemente por sentarse detrás de un escritorio y preguntarme pelotudeces sobre un texto que ni siquiera se tomó el trabajo de leer. ¡Quiero estudiar! ¡No dar cátedra en Harvard!
Y después me vienen a decir que uno es lo que estudia… bueno… ¿sabés qué? si te comiste todos los maltratos que yo tuve que pasar y te recibiste, lo único que podés llegar a ser es un gran y maldito pelotudo que se deja pisotear por cualquiera. ¡Bien por vos! Pero yo ni en pedo.

1 comentario:

Marvaldo dijo...

jeje viste lu que feoo ya que alguien te cobre por enseñar un arte es demasiado asi que...mejor aprender solo siempre..