miércoles, 27 de julio de 2011

Hogar dulce hogar – Parte 5


Un lunes volví a mi casa después del colegio y me encontré con mi hermano llorando en el comedor, mirando un cuaderno de la escuela. Al lado estaba mi mamá tratándo de explicarle una ejercicio de matemática.
-Pero no puede ser que no entiendas, ¡prestá atención! Hay cinco palomas, se van dos y después viene una, ¡hacé la cuenta, hijo!- al parecer estaban hace rato tratándo de resolver una ejercicio de matemáticas y ya se estaba poniendo nerviosa.
De la habitación de al lado salió mi papá:
-Dejá mami, yo le explico, si le gritás va a entender menos- Superado.
Mi mamá salio del comedor con los pelos de punta y me dio cinco pesos:
-Andá a comprar queso rayado así almorzamos-
Cuando volví, mi hermano estaba en la misma situación, llorando y gritando que no entendía, pero mi viejo estaba todo rojo y en cada mano tenía un lápiz de color que hacía volar por toda la casa como si fueran pajaritos.
-NENE, SI HAY CINCO PALOMITAS EN UN CABLE, SE VAN DOS, VIENE UNA ¡¡¡¡¿CUÁNTAS PALOMITAS QUEDAN?!!!!!! ¡CUATRO! ¡QUEDAN CUATRO PALOMITAS!
Mi mamá, en la cocina, no podía parar de reirse. Mi hermano nunca aprendió matemáticas.

lunes, 25 de julio de 2011

La tapa de Miami

Ok. El sábado a la noche fui a un cumpleaños en donde no conocía absolutamente a nadie. Típica situación en la que hacés de chaperona de tu amiga, porque el pibe que le gusta la invitó y no da que vaya sola.
Estas situaciones pueden ser productivas solo si tu amiga te promete que en la fiesta hay hombres… y solteros. Bueno, la mía me dijo que íbamos a ser ocho… con lo cual, ya no era una fiesta, sino una previa o algo así, pero si eran todos tipos y nosotras dos, podía llegar a ser divertido.
Bueno, no, las pelotas… éramos ocho, pero contando a las novias de los pibes… sí, todos con novias y una más pelotuda que la otra, un garronaso.
Con mi amiga nos miramos y nos dimos cuenta que la única manera de safarla era ponerse en pedo, pero no hay nada peor que el pedo de embole… es fuerte, muy fuerte.
Las minitas pelotudas hablaban de pavadas sobre Miami (posta, no exagero… hablaban de eso) y los pibes hablaban sobre un documental que estaba haciendo uno de ellos, sobre un pueblo que había quedado bajo el agua después de una inundación… o sea, este pibe era inteligente, y hablaba de cosas copadas y la novia era más pelotuda que Paris Hilton. No pude evitar pensar que el mundo está mal, que los hombres están mal, porque en ningún lugar de mi cabeza cabía que ese pibe pudiera estar enamorado de esa mina, que la única posibilidad era que estaba con ella solo porque era hermosa.
Estuve un rato así, escuchando las dos conversaciones y tratándo de no ojearle el novio a la piba (tratándo); hasta que me dí cuenta que mi amiga me había dejado sola, así que puse mi mejor vos de idiota y me puse a hablar sobre Miami (aunque nunca jamás fui), porque no daba ponerme a hablar del documental con los pibes porque las novias me iban a fajar.
Así aguante un rato, vaso tras vaso, tratando de comérme todos los comentarios que se me ocurrían, y tomé tanto que las chicas me empezaron a caer bien y por lo visto, yo a ellas también.
Llegó la hora de irnos y decidí ir al baño, porque no daba mearles el autos a las chicas, aunque me hubiera gustado. Entré y miré el inodoro, hermoso y blanco (como toda la casa), levanté la tapa, pero no se porque no se quedaba levantada, se volvía a caer… volví a intentarlo un par de veces… miré en todos los costados, porque capaz tenía algún sistema raro traído desde Miami o había que sujetar la tapa con algo, pero no… era así, la tapa era una mierda … así que me levante el vestido con una mano y con la otra la mantuve levantada… y traté de sentarme, como de coté… la tapa se me cayó en la espalda, dolió… pero no podía gritar, y como ya había empezado a mear me quedé así… sentadita, con la tapa apoyada en la espalda… mirando el espejo y pensando en como sería ir al pueblito ese que contaba el pibe.
Salí del baño tentada, y le dije a mi amiga:
-Por favor, andá a mear al baño- 
- ¿Por?- me dice
- Vos andá- fue lo único que le contesté, y me fui a sentar con las chicas Miami
A los cinco minutos la ví salir del baño riéndose sola:
- Jajajajaja, ¡la tapa boluda!- me dijo
Listo, la noche había remontado, con una simple tapa de inodoro… lo demás no se los puedo contar porque no me acuerdo…o porque no quiero o porque no hubo nada más interesante que esos cinco minutos en el baño…

martes, 19 de julio de 2011

Nuevas instrucciones – Parte 2

Bueno, la primera parte me salió como el orto, me corte el pelo y ahora es un desastre, ¡no me puedo peinar! No se si es la humedad o que, pero es terrible.
La casa me quedo vacía, parece como si recién me hubiera mudado, un bajón. Encima ahora el gato no tiene donde dormir y se pasa toda la noche caminando y maullando, con el perro corriéndole alrededor para jugar… no dormí en toda la noche…

lunes, 18 de julio de 2011

Nuevas instrucciones

La semana pasada leí un libro que decía que para olvidarse de un ex (que merece el olvido, completo) tenías que cortarte el pelo, teñirte, hacer algo por tu cuerpo, deshacerte de todas las cosas que hay en tu casa que te recuerden a él o, en su defecto, pintar las paredes o cambiar los muebles de lugar.
Luego de cerrar el libro, sentí una especie de revelación (aunque lo que este autor decía no era nada nuevo) y me pedí un turno en la peluquería, con el peluquero pelado.
Siguiendo con las instrucciones lo llamé a mi hermano y le pedí que viniera el fin de semana a colgar de una puta vez los cubos que compré cuando me mudé y que nunca puse donde debía. Voy a tirar los sillones al carajo, porque el perro los destrozó y, además, fueron los que él me ayudo a subir por el ascensor. También voy a tirar por la ventana una computadora del año 98’ que está de puro adorno en el living del departamento. Como pintar no puedo porque no tengo un mango, voy a limpiar las paredes que el perro autografió con sus patitas y voy a mandar a la tintorería toda la ropa de cama que huele peor que el zoológico de Luján (espero que no me diga que son pocas cosas porque le voy a meter todo por el orto).
El problema es que ahora me agarró una ansiedad incontrolable y hasta fui a la obra social a hacer el cambio de domicilio para que las boletas, por fin, lleguen a mi casa, luego de un año de decir “la semana que viene lo hago”. Mis planes incluyen, además, hacer el cambio de domicilio en el documento para dejar de votar en Junín todas las putas veces que me hacen votar al pedo, porque siempre gana el pelotudo que yo no voté y siento que me hago todo el viaje el reverendísimo pedo.
Sobre lo de “hacer algo con tu cuerpo” prefiero dejarlo en suspenso, a menos que el garcharse a medio capital y alrededores y comprarse mucha ropa valga como ítem cumplido.
Espero que todo esto funcione, porque se me están acabando las ideas… y el presupuesto.

jueves, 14 de julio de 2011

¿Poca ropa?

Creo que un día voy a asesinar a la señora del lavadero.
Cada vez que voy me dice la misma pelotudez:
-Mmm ¿no será muy poco para un solo lavado?
Hija de puta, la verdad no entiendo cual es el problema con que uno lleve poca ropa para lavar ¿No se supone que es mejor? ¿Qué es menos trabajo? Juro que llegue a pensar que se le rompía el lavarropas si le ponías pocas cosas, ¡PERO NO! Es exactamente lo mismo.
Hoy me cansé, porque además de llevar veinte mil cosas en la mano, de tomarme el trabajo de levantarme de la cama para llevar la ropa y además, llevar al perro a dar una vuelta, la piba estaba más imbécil que nunca y si es posible, la cara la dejaba más en evidencia que cualquier otro día. Así que hoy le contesté:
- Mirá flaca, no tengo más ropa que la que te traigo todas las putas semanas, y vos y tu marido me dicen siempre la misma conchudez ¿Cuál es el problema con que traiga pocas cosas?
- Bueno, no, yo te digo porque capaz no te conviene- esto además lo dijo lo más lento posible.
- El 90% de las cosas que hago no me convienen y te digo… traer poca ropa al lavadero es la que menos me preocupa ¡así que no me rompas más las pelotas!

Me voy a arrepentir, me va a devolver toda la ropa desteñida, pero se lo merece por preguntarme pajareadas que además me hacen sentir sola, pobre y con una vida de mierda.
¡Anda a lavarte el orto a ver si así se llena el lavarropas forra!

miércoles, 13 de julio de 2011

Odio a los hombres cuando:

1. manejan – Se sacan los mocos en todos los semáforos, hablan solos, se ponen nerviosos y actúan como si ellos lo hicieran todo  mejor
2. miran un partido – no te hablan más que para pedirte algo de la cocina, gritan, hablan en plural “este partido lo ganamos”, “hoy jugamos”. ¡Flaco!  vos no hacés nada más que sentarte a comer y a putear. Con todo esto lograron que odie el fútbol.
3. comen – son desagradables, se atoran, se les cae todo, se llenan el plato y le ponen sal, queso, aderezos, sin importar si van a terminarlo, total, la boluda después tira todo y listo.
4. hacen zapping – El movimiento del pulgar es automático, nunca se quedan en ningún canal a ver nada.
5. cantan canciones de cancha – te zamarrean, te gritan en la cara, golpean los muebles y las paredes y saltan como monos en celo.
6. te contestan con “chupame un huevo” – Ok, pero vos chupame una teta primero.
7. te llaman después de un año, justo cuando vos te olvidaste que existía – Matate gil
8. hablan de los problemas de la mujer  -  …
9. te dicen: “Uhhh nena… ¿Qué te pasa? ¿te vino? - ¡Sí! Me vinieron unas tremendas ganas de cagarte a trompadas, imbécil-

Amo a los hombre cuando:
Se callan la boca y siguen instrucciones – De cualquier tipo.

lunes, 11 de julio de 2011

Hogar dulce hogar – Parte 4

El sábado a la tarde mi hermano volvió de pasear al perro y se encontró con esta escena: mi mamá baliando en el balcón, con los ojos cerrados y escuchando la “Marcha de la bronca”, de Pedro y Pablo, a todo volumen (bailando es una forma de decir, en realidad daba saltos por todos lados y movía los brazos como los muñecos inflables que ponen en la entrada de las gomerías).
Cuando el perro la vió creyó que estaba jugando, por lo que también se puso a saltar como un pelotudo mientras ella corría por todo el balcón.
A la tercer vuelta de la misma canción, se cansó de bailar sola y empezó a invitar a la “fiesta” a todos los vecinos:
- ¡¡¡Vamos argentinos que mañana se votaaaa!!!
- ¡Loca!- le contestaban desde alguna ventana
- ¡Aguante la democracia!
- Calláte hija de puta-
- No me callo nada- subió más el volumen y cantó a todo pulmón – “Bronca porque ríen satisfechos, al haber comprado sus derechos
En este momento mi hermano se asomó al balcón y vió que de todas las ventanas salían los vecinos a gritarle cosas y a disfrutar de la escena, algunos hasta habían hecho el mate.
¿Quién dijo que la familia no se elige?  Lo que no se elige son los vecinos.

viernes, 8 de julio de 2011

La terapia femenina


Es fácil identificar a una mujer que va al psicólogo porque todo lo analiza desde “otro lado”.
Cuando las minas empezamos terapia pasamos por varios procesos. El primero es el no saber de que carajo se trata y cuando la gente nos pregunta que onda con las sesiones, les decimos “mmm bien, no se, recién empiezo igual”.
La segunda face es la más insoportable, te volvés una hija de puta que, hable de lo que hable, siempre empieza las oraciones con “mi psicóloga dice que”. Lo peor es que comenzás a ver que todo tiene que ver con todo, que las cosas siempre tienen un porque y predicás día y noche tu filosofía barata.
En el medio pasas por la desilusión, el profesional te dice algo que no te gustó y ya te parece un imbécil, “¡se mandó cualquiera!”, capaz hasta dejás terapia por un tiempo, pero a los meses te das cuenta que tenía razón, que efectivamente sos muy puta y que no lo podés evitar… y volvés.
El siguiente estado es el más copado, porque te crees que sos la persona mas equilibrada del mundo, te sentís liberada, te dan el alta y creés que nunca más vas a tener un puto problema. Y cada vez que alguien te plantea algún inconveniente, así sea que el perro se comió las bombachas, vos le preguntás: “¿hacés terapia? Tendrías que hacer… te va a hacer bien” .
Pero un año después, tenés un ataque de ira y la luz de alarma se enciende. Otra vez estás sentada en esa habitación hablando de tu mamá, tu abuelo y de cómo tu papá te dijo que hacerse la paja estaba mal.
 Es un camino de ida…

jueves, 7 de julio de 2011

Figurita repetida


Ir al cine enojada no es una buena opción, recordalo para la próxima.
Estabas indignada, la sangre te hervía y todo porque el muy soquete se mandó la misma cagada que se mandó tu ex, pero como ya no tenés la misma paciencia de antes, ni siquiera pudiste disimular… ¡“la-te” flaco! Para esto me quedaba donde estaba y seguía llorando por lo mismo.
Llegaste a tu casa y tu hermano te estaba esperando
- Hola ¿cómo estás?
- ¡Cómo el orto! ¡Vamos al cine!
En el camino le contaste toda la historia y él (por supuesto, porque es hombre) te dijo:
-Ahhh…
Ok, trataste de no desbordar e hiciste todas las cuadras hasta el cine pensando en lo similares de las situaciones, la ira te llena los pulmones, la garganta, los ojos y te ponés a llorar como una idiota. ¡Que hija de puta! ¡Dijiste no ibas a llorar más!
Una vez en el cine te dirigís a comprar las entradas
- Hola, quiero dos para la función de las 19.45
- La sala tiene 48 filas de 15 asientos cada una ¿en cual te doy?
- ¿La pantalla está en la 48 o en la 1?
- En la 1, delante de todo-
- Bueno, entonces dame en la 48-
- No me quedan mas en esa fila-
- Bueno, dame en la que sigue-
- Tampoco, me quedan dos asientos en la fila 30 nada mas
- ¿¡Y ENTONCES PORQUE CARAJO NO ME DECÍS ESO DE UNA Y DEJAMOS DE JUGAR A LA BATALLA NAVAL HIJA DE PUTA?!
Tu hermano se ríe y te arrastra del brazo hasta la otra punta, compra las entradas y fingiendo que nada pasó se sientan a mirar la película.
Fenómeno todo, hasta habías logrado calmarte y llegar a la conclusión que el tema no era para tanto, que lo que en realidad te enojaba era que la situación te recordara lo mal que la habías pasado hace un tiempo, pero desde el fondo de la sala hay un niño pelotudo imitando a un león en el medio de la película.
-Nene… porque no te vas a hacer de Simba en otro lado ¿dónde está tu mamá?
Pero el muy pelotudo (que por cierto, era un nene, no una nena… un nene) te vuelve a rugir, pero en la cara.
Por suerte antes que le bajaras todos los dientes de una trompada y te sacaran del cine, el padre se lleva al nene-león, pero se toma el tiempo para mirarte de arriba abajo como si vos fueras la desubicada.
- ¡Lleve a su nene al zoológico si tanto le gustan los leones!
¿Conclusión? Tu hermano no va a querer salir con vos nunca más, a ningún lado. Y una vez más demostraste estar tan desequilibrada como hace cinco meses atrás…

miércoles, 6 de julio de 2011

Peluporquería

Hace dos años que no voy a cortarme el pelo.
Para las mujeres, ir a la peluquería, es toda una decisión pero por distintas razones.
Están esas a las que les encanta ir, parece que fuera su segundo hogar; las reconocés enseguida porque saludan a todos los peluqueros por su nombre o apodo, piden un cafecito mientras esperan, se leen todas las revistas y charlan con cualquier hija de puta que tenga la mala suerte de sentarse al lado. Estas “personas” tienen un color de pelo distinto todos los meses, algunas todas las semanas y les quedan todos como el orto.
Está el otro tipo de mujeres que no van nunca sólo por no pagar y terminan haciendo un curso on line (con suerte) sobre “Cómo cortarse el pelo en cinco pasos”. Estas minas puede que tengan suerte y les quede bien o puede que les quede como el ojete, pero te dicen contentas: “Me lo corté yo ¿viste que no hace falta pagar cincuenta mangos?”. Bueno forra, mejor que ni te conteste porque te vas a poner a llorar.
Pero están las otras, “las del pelo histérico”. Estas son las que se pasan todo el año llorando y diciendo “me quiero cortar el pelo, esto ya no tiene forma, parecen chuzas de bruja”, pero dudan meses y meses, porque chuzas o no, el pelo está mejor que nunca, largo como siempre lo quisieron, pero con las puntas hechas un desastre. Es probable que estas minas, decida ir a cortarse el pelo algún día, pero después van a protestar porque les gustaba más largo.
La peluquería además, es un desafío a la salud mental… si estás con problemitas de este estilo y querés ocultarlo, ni te gastes, porque el peluquero lo va a dejar en evidencia. Vos le decís “quiero que me cortes un poquito” y le dejás bien en claro “solo las puntas, no me saques el largo” mientras te sentás frente al espejo con la concha fruncida del cagaso que te da solo pensar que no te haya entendido.
El tipo empieza a cortar sin ningún problema, y te habla de su vida y te pregunta por la tuya “para que te relajes”. Te da indicaciones del tipo: “Mirá un poquito para allá”, “ahora para acá”, “levanta la cabeza” y además te las dice como si tuvieras cinco años.
Cada vez que te pega un tijeretazo vos le decís “acordate que lo quiero largo” “¡no me cortes tanto!” “ese pelo que cortaste recién…¡¡¡era muy largo!!!” “¡NENE! ¡DEJA LA TIJERITA, TE ESTÁS ZARPANDO!”
Cuando te das cuenta que todo es culpa de los nervios y, según dice tu psicóloga “el miedo al cambio” le pedís perdón y tratás de relajarte, acción difícil, sobre todo cuanto tu peluquero es pelado y no te animaste nunca a preguntarle porque.
Hasta que te dice “listo… mirate a ver si te gusta”. Acá tenés dos opciones: o te pones a llorar porque el tipo no entendió un sorongo de lo que le habías pedido, o le das un sí dudoso, pero nunca, nunca te habías a ir de una peluquería confiada que lo que te hizo en la cabeza era lo que vos querías. Sólo te convencés de que es una mierda cuando llegás a tu casa y te lo lavas y peinas vos.
Tanto kilombo para terminar mirándote en el espejo del baño y decir “bueno… no importa… crece rápido”.

martes, 5 de julio de 2011

Dicen que Diego Maradona es bueno en la cama.

Bueno chicas ¡A ver si nos dejamos de joder! Una cosa es soportar a la manga de pelotudos que consideran que este tipo puede hablar de cualquier tema, en cualquier lugar, ¿pero considerarlo una bomba sexual? Tiene que ser chiste, no cabe otra.
Ojo, nadie les va a negar, que en su campo, el tipo es un crack, pero fuera de eso no puede hablar de nada. Cada vez que abre la boca se manda una cagada grosa, pero grosa, peores que las mías. Juro que era capaz de soportar las miles de canciones dedicadas a él (que por cierto, me parecen todas espantosas), a los pibes llorando cada vez que ven un partido del año del pedo, pero que venga una señora a decir que es bueno cogiendo, ¡por dios señora! ¿sus otros garches que eran entonces? ¿que hizo? ¿se la gambeteó, doña?
Aclaro (porque ahora van a salir un montón imbéciles a defender a Maradona), no confundan, con respecto al futbol nadie lo critica, menos yo que no entiendo nada, pero sobre sexo me considero apta para hablar, y este tipo no puede ser bueno… ¡“el Diez” no calienta!

lunes, 4 de julio de 2011

Ni merece título


¡Que regalito de cumpleaños nena! Como pegarse un tiro en cada teta.
¿Porque preguntás cosas que en realidad no querés saber? Mejor que ni te enteres, porque ahora además de querer cagarlo a trompadas te querés morir, porque como siempre, la información llega tarde. No porque vos seas idiota y te agarren las dudas después de tres meses, sino porque ¡LA GENTE A VECES ES MUY HIJA DE PUTA!
Recién ahora te venís a enterar de todo lo que tendrías que haber sabido hace mucho tiempo atrás.
Una cosa es el ex boludo que no sabe que sorongo quiere y un día te llama, al otro día te dice que no hablen más, y cuando se entera que estás con alguien te pregunta si ya te olvidaste de él. Bueno, este es boludo y no hay nada más que hacer, pero el hijo de puta que te la manda a guardar y vos te comés tres meses creyendo que al muy sorete le chupas un huevo, y llorás y te enojás, te ponés en pedo, borrás su número, lo volvés a buscar en otro teléfono, le mandás un mensaje que ni siquiera contesta y una vez que entendiste que sos completamente olvidable y te convenciste, después de muchas sesiones de terapia, que no sos tan grosa como creías que eras, y que este tipo te dejó hecha pija porque “a veces pasa”, te venís a enterar que no es así, que él es pelotudo pero no tanto, y que se está comiendo los dedos de la mano para no darte señales de vida y conseguir que vos te quieras matar. Todo justo cuando estabas de diez… hijo de puta, parece que lo hace a propósito.
Pero están tus amigas que te dicen: “Nena, estás hablando de un pibe que no quiso ir a tu casa en todo el tiempo que estuvieron saliendo porque no tenés aire acondicionado”
Y sí… la que no aprende sos vos.