martes, 10 de mayo de 2011

¡Esta casa de mierda!

Tengo la teoría de que nuestros hogares reflejan, no sólo nuestra personalidad, sino también nuestro estado de ánimo.
Mi departamento esta decorado al estilo “me chupa un re huevo si queda como el orto, total… cuando crea que quedó perfecto lo voy a querer a cambiar todo otra vez”. Esto podría traducirse en la poca constancia y la facilidad que tengo para aburrirme de las cosas.
A medida que van pasando los meses, desde el primer día que piso el departamento hasta el día que me mudo, se van rompiendo cosas que nunca, pero nunca voy a arreglar. Claro reflejo de las cagadas que me mando desde que tengo memoria y que, por lo que está a la vista, no voy a modificar.
Cada vez que entro en mi casa voy enumerando: el vidrio de la cocina (rajado), la radio que está en la cocina (sube y baja el volumen dependiendo el lugar donde estés parada), el control remoto del televisor (además de que no anda, no lo encuentro), los cables del televisor y del teléfono (se los comió el perro), la escoba (es un asco), el trapo de piso (otro asco), la luz de la cocina (falta un foquito), la lámpara del pasillo (no existe más), el baño (este fin de semana lo limpio seguro), mi pieza (ok, ahora sí no estoy loca, acá hay olor a muerto y no sé que mierda es).
Como dije antes todo esto se podría trasladar a mi vida en general, cosas que me digo todos los días: “tengo que dejar de ser tan puta”, “¿siempre me tengo que ir al carajo con las cosas que digo?”, “tengo que dejar de gastar plata o considerar seriamente la prostitución”, “un gato, un perro, un hombre y listo, no mas animales en mi casa”, “tengo que lograr estar un año sola”, “tengo que pedirle perdón a toda esa gente a la que le cagué la vida”, “¿¡Por qué carajo dejé de tomar las pastillas!?” (esta se repite una vez al mes) y la frase que le digo, fácil, una vez por semana a mi amiga: “¡No boluda! No voy a hacer nada… esta vez si que no quiero nada con nadie”.

3 comentarios:

Julieta dijo...

cuántas verdades juntas... hace 3 años que vivo con mi hermana (espero que no lea esto) y en esos 3 años no limpié ni 1 sola vez el baño... no sé qué sucedería si viviera sola... calculo que no me quedaría más remedio que meter mano en el inodoro... Muy bueno, Lu! tkm beso!!

Mamá dijo...

Ayer decidí que me voy a ir de camping y empecé a pensar en tooodooo lo que necesito para irme. Entonces me acordé de la bolsa de dormir de tu papá que está guardada en el fondo del ropero y nunca se usó porque NUNCA tuvo cierre. Se la iba a llevar a la modista para que le pusiera uno. La miré bien... se la regalé al perro.

Vero dijo...

Después de 6 meses de tener el foco del pasillo quemado (mi altura de 1,52 me incapacita para tal actividad) , decidí dejar de esperar a que magicamente se materializara de la nada algún ser masculino que me diga "Dejá, yo me encargo".

Tomé 2 banquitos, apilé uno arriba del otro y cambié el foco.

Cuando volví a encender la llave de la luz sentí como si hubiera hecho cumbre en el Himalaya.De hecho aplaudí sola dando saltitos.

A pesar de mi prometedora carrera como cambiadora de focos sigo anhelando a que alguien me diga "Yo me encargo"... por lo menos de vez en cuando.